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Crespo pide una Unidad de Referencia de Ictus en Torrecárdenas y no a costa de la sobrecarga de los profesionales sanitarios

La portavoz del PP-A en el Parlamento, Carmen Crespo, ha pedido hoy a la Consejera de Salud de la Junta que el Gobierno de Susana Díaz cree cuanto antes una Unidad de Referencia de Ictus en la provincia de Almería, concretamente en el Hospital de Torrecárdenas, para acabar con la desigualdad que sufren los almerienses en el acceso a un tratamiento adecuado en tiempo y forma.

 

Según ha explicado en su intervención en el Parlamento, Andalucía cuenta actualmente con cinco unidades de este tipo, y se quedan fuera provincias como Almería, Jaén o Huelva, por tanto “existe una gran falta de equidad y de accesibilidad de los andaluces a un tratamiento adecuado y en tiempo adecuado”.

 

“Está claro y demostrado que no existe igualdad en el acceso de los almerienses  con el resto de andaluces a un tratamiento cuando sufren un ictus. No es lo mismo que le de un ictus a una persona en Sevilla, que en Pulpí, y por lo tanto es más que evidente la falta de equidad dentro del SAS, ya que dependiendo de donde viva el paciente y la hora en que se produzca el ictus, tiene más o menos posibilidades de supervivencia”, ha manifestado.

 

Carmen Crespo ha recordado el caso de una paciente que recientemente sufrió un ictus en Almería y tuvo que ser trasladada a Granada porque no  había un radiólogo intervencionista de guardia. Ante la Consejera de Salud, ha afirmado que esta paciente ha sufrido graves secuelas, y en lugar de crear esta Unidad de Referencia Ictus en Almería, como prometió Susana Díaz que iba a hacer tras este caso, han apostado por sustituirla por las guardias localizadas y sobrecargando al personal.

 

Así las cosas, ahora los neurólogos tienen que estar localizados para atender a los pacientes, ya que no están en el centro hospitalario de ocho de la tarde a ocho de la mañana. Hay guardias localizadas también para el radiólogo intervencionista que hay que llamarlo y puede encontrarse hasta a 40 minutos de Torrecárdenas. Y también para los anestesistas que hay en el hospital, uno dedicado a las cesáreas, otro a los pacientes en atención hospitalaria, y los otros dos que además de atender las urgencias se dedican también ahora a atender a los pacientes que sufren un ictus.

 

“Unidades de ictus sin un euro más, a costa de la sobrecarga de los profesionales, y de las guardias localizadas a 40 minutos. Esta es la realidad que van a sufrir los pacientes que tengan un ictus especialmente en Almería”, ha dicho.

 

Carmen Crespo ha lamentado que “esta sea la realidad de los códigos ictus”, y ha pedido a la Junta “igualdad y que invierta en el sistema para que todos tengamos las mismas oportunidades”.

 

Por ello, ha anunciado que el PP va a llevar a cabo una campaña de recogida de firmas con la asociación de pacientes de ictus para que tengamos en Almería una verdadera unidad de ictus y logremos las 16 recomendables por el número de habitantes que se necesitan en Andalucía.

 

TELEICTUS Y ATENCIÓN HOSPITALARIA TRAS EL ICTUS

 

En cuanto al servicio de teleictus, ha señalado que éste tampoco existe en la provincia de Almería, a pesar de permitir a los neurólogos especialista evaluar a distancia y poner el tratamiento adecuado, así como evitar el traslado innecesario de pacientes con la consiguiente pérdida de tiempo.

 

Por último, ha afirmado que tras sufrir un ictus y recibir el alta hospitalaria, los pacientes tienen que eliminar las secuelas y para ello es crucial recibir cuanto antes un tratamiento de fisioterapia, sin embargo, en el SAS existe una gran demora.

 

“Los pacientes y profesionales denuncian que los enfermos sufren demoras de entre tres y cinco meses hasta que comienzan a recibir la asistencia de fisioterapia y una vez recibida el tiempo que se le dedica a cada paciente es mínimo”, ha señalado.
Por ello, Carmen Crespo ha afirmado que muchas familias, para hacer frente a las demoras del SAS, recurren a las sanidad privada para acelerar el comienzo de la fisioterapia, logopedia y la terapia ocupacional, lo que supone un coste mensual que oscila entre los 1.500 y 2.000 euros por enfermo, dependiendo del número de sesiones y de la atención que se contrate.