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El PP exige a Planas más controles para acabar con la competencia desleal que sufren los agricultores y ganaderos

  • Carmen Belén López asegura que “el Gobierno de España ya no es creíble, porque ha hecho de la mentira su forma de hacer política”
  • Critica que Planas no haya escuchado ni atendido las demandas de los agricultores y ganaderos

La senadora del Partido Popular de Almería, Carmen Belén López, ha exigido al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, más controles para acabar con la competencia desleal que sufren los agricultores y ganaderos y ha denunciado que “Planas lleve cinco años haciendo oídos sordos a las peticiones del sector que exige más controles en las fronteras, mayor número de inspectores y mayor control en las cantidades arancelarias”.

 

Para la senadora popular “el Gobierno de Sánchez ya no es creíble” porque según explica “ha hecho de la mentira su forma de hacer política”. “Tanto el presidente Sánchez, como sus ministros, no han dejado de engañar con sus palabras, una y otra vez, a los españoles y a los agricultores y ganaderos almerienses”, ha afirmado con rotundidad.

 

Carmen Belén López ha destacado que es necesario que el Gobierno de España defienda las cláusulas espejo, por ser una reivindicación justa e histórica de nuestros sectores productivos. Y se ha mostrado convencida de que nuestro campo y nuestros ganaderos pueden estar tranquilos porque “con Carmen Crespo en Europa, esa será una de las prioridades en la agenda política del PP, tal y como ella misma se ha comprometido en esta campaña electoral”.

 

La senadora del PP lamenta que Luis Planas perdiera la oportunidad, durante la presidencia española de la Unión Europea, de hacer entender las exigencias del campo almeriense y español cuyos trabajadores piden “igualdad de trato para poder luchar con las mismas armas y cumplir con los mismos requisitos”.

 

“Los agricultores están cansados de que el Gobierno y el ministro Planas no hayan escuchado y entendido sus demandas. Ellos trabajan diariamente sabiendo que lo hacen en una clara desventaja con respecto a los agricultores y ganaderos de terceros países. Además, son conscientes de que sus productos, pese a ser los mejores del mercado, son los menos rentables porque los precios apenas alcanzan los costes de producción”, finaliza.